viernes, 19 de noviembre de 2010

El caso irlandés...

Buenas, señores y señoras. Parece que la posibilidad de bancarrota del gobierno irlandés está muy cerca, y con este propósito se han reforzado los esfuerzos, por parte de los organismos internacionales, de salvar al estado Irlandés de la suspensión de pagos.




Esto es, al menos, lo que se nos está vendiendo. Pero, ¿es cierto que sea el estado Irlandés el que necesite ser rescatado?¿Quien va a ser el verdadero beneficiario de que se rescate (vía más deuda) al estado Irlandés? Y lo que es más importante ¿Quien va a acabar pagando la factura de lo que se va a poner encima de la mesa?



Todas estas preguntas son las que deberíamos estar haciéndonos ahora mismo cualquier españolito de a pié. Y nos lo deberíamos estar preguntando debido a que estamos mucho más cerca del caso irlandés de lo que nuestros políticos están dispuestos a admitir o de lo que mucha gente de la calle estaría dispuesta a aceptar. Pero esto será tema para otro post. Hablemos del caso irlandés y de sus similitudes y diferencias con el caso griego.



Irlanda era conocida hace unos años como el milagro celta. Su economía crecía incluso más rápidamente que la miraculosa economía española, tenían unas tasas de inflación relativamente bajas (como en el resto del mundo no se contaba la vivienda), y los niveles de bienestar y empleo eran de envidiar. Sin embargo, como sucedió con muchas economías del mundo durante los años finales del boom del crédito (hasta 2007) lo que se desarrolló en Irlanda fue una burbuja inmobiliaria que a la postre acabaría por ser un buen lastre para la economía. En el caso español o en el griego, buena parte del efecto riqueza no se trasladó a una mejora productiva significativa. En Irlanda eso no fue así. Se adecuó en buena medida la capacitación de la mano de obra irlandesa, se bajaron los impuestos a las empresas y buena cantidad de empresas internacionales buscaron suelo irlandés para asentarse (Ryanair, Google, alguna división de Apple y alguna que otra más que no recuerdo). Es decir, todo pintaba la mar de bien en el futuro de este pequeño país. Sin embargo, una parte de la economía se había descontrolado con los años febriles de la burbuja inmobiliaria. El sector bancario. Su deuda relacionada con la vivienda irlandesa era brutal. Buena parte del capital necesario para emitir dicha deuda a ciudadanos irlandeses vino vía venta de bonos. Los compradores de esos bonos fueron bancos del Reino Unido y Alemania en su mayoría. Veamos un gráfiquito (hay que remarcar que los datos del gráfico son deuda total, púbica y privada, aunque como señalo más abajo la deuda pública no es demasiado alta):





Con los primeros contratiempos a finales del 2007 y con las convulsiones del 2008, el estado irlandés hizo lo que el resto de los estados del mundo. Apoyar a su banca. La medida tomada fue, como en el caso español, garantizar toda la deuda de algunos de sus bancos. Aquellos con más problemas. Esta manera de actuar puede ser interpretada de varias maneras, pero básicamente es un traslado del riesgo de la inversión en la vivienda, de los bancos a los contribuyentes irlandeses. Y también es una manera de salvar a los que prestaron a los bancos irlandeses. Pero la deuda de los bancos es ahora deuda Estatal. Quizá no de manera explicita, pero las garantías estatales son una manera implícita de deuda del Estado.



Por el motivo que sea, ahora no viene al caso, la deuda irlandesa es vista con recelo. Al estado le cuesta más encontrar financiación y los tipos de interés suben. También para los bancos irlandeses que cada vez más están al borde del precipicio, pero con el backstop estatal. O sea, que quien se acerca cada vez más al precipicio es el propio estado. Sobre todo si se tiene en cuenta que el tamaño de la banca irlandesa es demasiado grande para el PIB irlandés. Algo que también ocurre en España. O sea, una bancarrota de la banca irlandesa, con las garantías actuales estatales es una bancarrota de facto del estado irlandés. Y eso es lo que están viendo los mercados de deuda en la actualidad.



La diferencia más clara con el caso griego, es que las arcas del estado irlandés no están demasiado mal. Su deuda pública es “solo” un 65% del PIB irlandés en contraposición con el 120% del caso griego. Quizá la banca griega también este mal, pero en el caso griego su estado está hecho unos zorros de todas maneras. En el caso irlandés, el estado se está empeñando en salvar una banca que está destrozada. Nadie discute que un sistema bancario es necesario en una economía moderna, pero el que quiebre todo el sistema bancario de un país no implica que su economía vaya a dejar de funcionar. Seguro que algún banco queda en irlanda que lo haya echo bien. Y sino, siempre podrá alguien re comprar o quedarse con lo que quede de las quiebras por una centésima parte de su valor, con lo que el negocio volverá a ser rentable.



No existe ningún motivo que justifique la salvaguarda de los bancos mundiales tal y como son ahora. En el caso irlandés (como en el español) si han tomado demasiados riesgos deberían sufrir las consecuencias. Lo mismo les va a pasar a los irlandeses de a pie y no les va a salvar nadie.



Y en este punto ya podemos entrever quien se va a beneficiar de el plan de rescate. Los bonistas ingleses y alemanes. Estas entidades perderían buena parte de su inversión en el caso de una bancarrota de la banca irlandesa. De esta manera no pierden nada. Al menos de momento. Quien pierde es la sociedad irlandesa, que se ve obligada a pagar una inversión que ellos mismos no han hecho y de la que no iban ni van a sacar ningún beneficio. Lo cual responde a la segunda pregunta que hacíamos al principio. Las garantías estatales a la deuda bancaria irlandesa es de facto una nacionalización de la banca irlandesa. Pero pagando al 100% la inversión privada en dicha deuda. Para mí, la nacionalización industrial no es buena y no la defiendo, pero puestos a hacer algún tipo de nacionalización, preferiría dejar quebrar las empresas y después comprar a los actuales propietarios (los antiguos bonistas) dichas empresas por su valor real de mercado, no por el 100% de la inversión. Eso le saldría infinitamente más barato al estado irlandés y a sus contribuyentes, y no tendrían si quiera que plantearse el recibir ayuda de la Unión Europea o del FMI.



La diferencia fundamental con el caso griego, es más bien moral. En el caso griego, los responsables últimos de su situación eran los mismos ciudadanos, así que salvar a los bonistas o no no cambiaba mucho las cosas. En el caso irlandés los responsables últimos de la situación son los bancos y por tanto no debería caer el castigo sobre los ciudadanos, sino sobre la banca irlandesa y los bonistas extranjeros.



España está en una situación muy muy parecida a la irlandesa. Nuestra deuda pública no es demasiado alta. La deuda bancaria es muy muy alta. La deuda privada (familias y negocios) también lo es. Nuestro gobierno decidió, como el irlandés, garantizar la deuda de los bancos. Sino ocurre nada, nada ocurre. Pero si las cosas empiezan a ir mal, la posesión de la deuda bancaria será del estado español y por tanto de todos los contribuyentes. Como digo preferiría que en caso de quiebra el estado se quedara los activos bancarios (o sea los bancos) a precio de mercado, en lugar de pagar al 100% a los inversores. En cualquier caso, deberíamos prepararnos para lo que se nos avecina. Debería ser el pueblo el que se queje de la política del gobierno y el que le impida esclavizarnos de por vida con el FMI o con la Unión Europea. Deberíamos protestar si es que nuestro camino a seguir se va a parecer al irlandés. Un saludo


ADENDUM:

  Para los que no seais muy duchos en temas de microeconomía voy a explicar sucintamente el proceso de bancarrota o concurso de acreedores como se llama en la actualidad. Cuando una empresa o particular no puede hacer frente a los pagos de su deuda puede entrar en lo que antiguamente se llamaba bancarrota. La figura legal es relativamente compleja y en realidad es más de una figura. Es decir, existen varias modalidades, pero básicamente consisten en que la propiedad sobre el bien (la empresa, el banco o los activos de cualquiera de ellos) es transvasada desde los antiguos propietarios a los acreedores. De esta manera los acreedores (aquellos que prestaron dinero a las empresas o bancos en bancarrota) pasan a ser los propietarios y los antiguos propietarios pierden cualquier derecho de propiedad sobre la empresa o sobre sus bienes. La deuda por otro lado desaparece sin más.

1 comentario:

  1. Parece que el gobierno irlandés ha capitulado. Ayer se hizo público un comunicado en el que el ministro de economía irlandés anunciaba el comienzo de unas negociaciones para poder conseguir fondos del FMI para garantizar la deuda de sus bancos (salvar a los bonistas de dichos bancos, o sea, bancos alemanes, ingleses y americanos). Esta ayuda, como no, vendrá a aumentar la carga que deben soportar los contribuyentes irlandeses. Además se pondrán en marcha nuevas medidas de austeridad. Es decir, todo el bofetón de una mala inversión por parte de los bancos extranjeros, se lo va a llevar el pueblo irlandés. Ver para creer.

    Es más que probable que la próxima nación en caer sea Portugal o España. Si somos nosotros los siguientes, es de prever que el camino a seguir sea el mismo. No deberíamos permitirlo. Yo no quiero salvar a ningún banco o bonista ¿Y tu?

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