lunes, 7 de diciembre de 2020

Covid. Pasa la solución por los confinamientos?

       Parece que en el decadente occidente se ha buscado la solución que más se ajusta a su valía como sociedad. El medievo. Y es que así es, cada día mas el antiguo occidente y sobre todo Europa se asoma más y más a una feudalización insoportable. Se ve claramente y se veía antes de esta pandemia en las políticas generales que se daban en Europa. Los británicos los vieron venir y prefirieron apearse. Aun así no es que les vaya a ir mucho mejor, pues la altura moral de sus políticos no es mejor que la de los burócratas europeos. Es similar. Pero como digo se veía venir desde hace tiempo. La deriva liberticida europea principalmente motivada por la avalancha reguladora y por la progresiva red clientelar desarrollada año tras años en los últimos lustros, nos está llevando poco a poco cada vez más inexorablemente hacia una suerte de feudalismo dónde unos pocos lo tendrán todos y unos muchos no tendrán prácticamente que comer. Y lo peor nos será eso. Lo peor es que a aquellos que no tengan casi nada, les será muy difícil revertir dicha situación. Es lo que tiene la falta de libertad. Que una vez que llega impide los desarrollos personales y vitales.

    Pero tampoco quiero desviarme mucho del tema principal que es el Covid y cómo combatirlo desde el momento cero. En Europa en general, se ha optado por las técnicas liberticidas de encerrarnos a todos en casa y marearnos con mil y un consejos diferentes de qué hacer y qué no. Con medidas absurdas que pocos días después son revertidas o con otras que simplemente son las opuestas a las que se aplican en un país o región vecinas. Pero lo interesante de esto son las restricciones al movimiento.

    Cuando hablo con mis amigos y conocidos siempre les hago la misma pregunta ¿Qué pasaría con el Covid, si desde el momento en que estuvieses contagiados te saliese un punto rojo burdeos en la frente del tamaño de una uña? Con solo mirar a alguien a la cara, sabrías si está infectado. Al levantarte por la mañana y mirarte al espejo, podrías comprobar inmediatamente que estas infectado, Cuando entraras en el metro, la gente te rehuiría y se apearía cuanto antes. Te quedarías solo en el metro. Con todas estas descripciones pretendo ser gráfico. Pretendo hacer ver, que de esta manera el contagio persona a persona sería muy complicado, por que el distanciamiento social sería automático. Cualquiera que tuviese miedo a morir, y creo que en ese campo somos mayoría, evitaría todo contacto con alguien que tuviese un punto rojo en la frente. 

    Ya sabemos que la enfermedad no genera dichos puntos. Es más, durante los primeros días, no presenta ningún síntoma. Sin embargo es cuando más contagiosa parece ser. Los famosos asintomáticos. Me vuelvo a preguntar ahora. ¿No sería lo más adecuado averiguar quién son estos asintomáticos y enfermos en general y pintarles un punto en la frente? Evidentemente estoy exagerando. No pido que a todo aquel que esté enfermo se le pinte un punto en la frente. No quiero estigmatizar a nadie. Pero si supiésemos quien está enfermo podríamos aislarlo a él solo y no a toda la población y economía al completo. No secuestraríamos libertades y sobre todo futuro. Podríamos ser quirúrgicos. Podríamos aislar a personas no a países. Podríamos defender mejor a los débiles. En lugar de eso se nos dan mil medidas totalmente arbitrarias que nos confunden y nos desmotivan. Que hacen que no sepamos muy bien qué podemos y qué no podemos hacer. Que nos hagan sentir forajidos simplemente por pisar la calle. Que nos motiven a auto confinarnos. 

    Las consecuencias de todo esto van a ser catastróficas. Dramáticas para muchas familias. Y a los nuevos nobles feudales tanto les da. Si enferman, van a hospitales privados donde reciben tratamientos de primera calidad. El populacho solo puede rezar por tener acceso a cierta medicación y quizá un respirador si es que su enfermedad se tuerce sobremanera. Los nobles seguirán comiendo carne, mientras la plebe tendrá que conformarse con raíces, pues es fácil que ni cereal tengan.

    Lo más cercano al punto rojo en la frente, que sería la utópica situación ideal, son los tests masivos y los seguimientos de casos.  El abaratamiento de costes de dichos test un factor crucial. Ahora, a 7 de diciembre empiezan a leerse artículos que nos hablan de la llegada de estos tipos de test a las farmacias. Ocho meses después del comienzo de la pandemia en este país. Casi un año desde que oficialmente se tuviera conocimiento de esta enfermedad. Y aun así se podrá tener acceso a ellos con receta médica, cuando es casi imposible conseguir una.

    Somos merecedores de tanta mediocridad. Muchos dirán que sí, que es lo que hemos votado. Razón no les falta, pero sinceramente creo que no. Que ningún ser humano se merece ser tratado como se trataba a los seres humanos en la Edad Media. Ni aunque hayan sido elegidos en las urnas. Un saludo