lunes, 22 de noviembre de 2010

el caso irlandes 2.....

   Como continuación al post anterior he escrito un comentario (soy el único que comenta, o sea que me autocomento) a cerca de la admisión ayer por parte del ministro de economía irlandés de la apertura de negociaciones para aceptar un prestamo del grupo EU-UK-FMI. Existe una cierta presión por parte de las instituciones europeas e internacionales en que irlanda acepte estos fondos. Y por otra parte, irlanda parece negarse o al menos ser reticente, a la aceptación de dichos fondos. Lo cierto, según parece, es que las instituciones internacionales quieren evitar una reacción en cadena que parta de los bancos irlandeses.

   Como ya dije en el post anterior, los bancos irlandeses están en una bancarrota técnica. No puedo dar detalles, pero eso es lo que se puede leer por doquier. Como no doy detalles ni cifras tampoco prentendo que tomeis mis palabras al pie de la letra. Digamos que los bancos irlandeses no están muy bien. También sabemos, por el post anterior, que buena parte de la deuda de estos bancos es mantenida por bancos británicos, alemanes y americanos. La quiebra de un banco irlandés (suponiendo que el estado no interviniese) supondría, casi con toda seguridad, un gran estrés sobre el resto de la banca europea. Si son dos instituciones las que quiebran el estrés podría ser irresistible.

  Con todo este rollo intento hacer ver, que lo que preocupa a las autoridades internacionales no es tanto el problema de la deuda pública irlandesa, que como dije no es de las peores y de hecho se puede entender como bastante saneada (sobre todo después de dos años de medidas de austeridad), sino la quiebra en cadena de una buena parte de las instituciones financieras europeas que podría desencadenar un segundo día del juicio final después del otoño del 2008.

  De todo lo que se está viendo estos días y sobre todo después de toda la palabrería vista por doquier, parece que los organismos internacionales quieren disfrazar el rescate de la banca irlandesa como rescate del estado irlandés. Pero como dije ayer, una cosa no debe ser confundida con la otra. Y, con estos pensamientos tenidos en cuenta, la reacción del gobierno irlandés es de lo más lógico. Se oponen aunque no de manera muy convincente, a que su pueblo tenga que salvar a la banca europea. Más que nada, no por el pueblo, sino porque dejarían al estado irlandés a merced de los organismos internacionales, algo que a la larga podría ser insostenible. Por ejemplo, como dijimos ayer, el estado irlandés es laxo con los impuestos que las empresas establecidas en su estado, pagan. El resto de los estados de la Unión ya han presionado sobre la equiparación de tasas al resto de Europa, como paso previo a la concesión de la ayuda. El estado irlandés, por supuesto, se ha opuesto.

  Siento ser tan crudo, pero a mi modo de verlo, los bancos que invirtieron mal deberían quebrar, si es que su capital no les permite pagar sus deudas. Es exactamente igual que Pepe o Pepa que compraron una casa y ahora no pueden pagarla. Pierden la casa y algun que otro bien más. Los bancos, sus propietarios y los bonistas que les prestaron dinero, deben hacer frente a las decisiones que tomaron.

  Se nos cuenta una y otra vez, que el colapso de la banca europea, la americana o la internacional de cualquier pais traería el caos económico y la vuelta a la Edad Media. Nada de eso es cierto. La quiebra de esas entdidades, si es que se tiene que producir, aunque restringiría el crédito a corto plazo, aclararía la situación a largo. El crédito a corto está bastante restringido en la actualidad. Existe mucha incertidumbre que se solventaría una vez las entidades que no pueden sobrevivir desaparecieran y las que quedaran con mayor cuota de mercado fueran mucho más rentables y por tanto solventes. Lo siento, pero el sector bancario internacional está sobredimensionado para las necesidades actuales. Como tantos otros sectores antes que este, debe reestructurarse y perder tamaño. Eso ayudará a sacarnos de la crisis. No traerá el fin del mundo, sino un nuevo inicio. Un saludo

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