jueves, 23 de diciembre de 2010

Que hacer para reducir el paro...

   Esta es la pregunta del millón. Muchos gobiernos hoy en día darían su brazo derecho (si lo tuviesen) y el izquierdo quizá también por tener una respuesta clara y concisa a dicha pregunta. Quizá la respuesta no sea tan complicada. Reactivar la economía. Fácil de decir, no tan fácil de hacer.

   Hay muchas teorías que tratan o han tratado dicho tema. Muchas de ellas no son nada generales y más bien tratan detalles concretos del gran problema al que nos enfrentamos hoy en día. Dentro de todo esta enorme cantidad de propuestas a penas alguna es verdaderamente nueva, innovadora y refrescante. Hace poco topé con una que al menos es muy original y que trata el problema del paro desde un punto de vista que pocos habrán si quiera pensado. Se trata de Steve Keen. 

   Steve Keen es profesor asociado de la Economicas y Finanzas en la University of Westen Sidney en Australia.  Este hombre ya pronosticó allá por el 2005 que el exceso de deuda que tenía el sistema económico de medio mundo traería consigo una gran depresión. Si, este hombre no tuvo ningún problema en llamar a la actual crisis depresión y no recesión como casi todo el mundo se ha apresurado a llamarla (para los no entendidos, la diferencia básica entre depresión y recesión es la profundidad de la crisis en sí, tanto en pérdida de PIB como en los niveles de desempleo que se alcanzan. Se suele decir, que con un paro por encima del 20% ya se considera depresión). Este hombre es el que me hizo ver que un exceso de deuda en un sistema económico es a la larga inviable, ya que al final la carga que supone amortizar el principal y pagar los intereses con mucho superan el beneficio de la producción y por tanto no se puede hacer frente a la acumulación de más deuda.

   Pues bien, desde el punto de vista del señor Keen buena parte de la pérdida de empleos que se produce durante cualquier crisis está altamente relacionada con la velocidad a la que cambia la acumulación de deuda en dicho sistema. O sea, con la aceleración o deceleración en la velocidad de acumulación de deuda. Quien pueda estar interesado en leer su razonamiento completo puede hacerlo en este link: Deleveragin, deceleration and double dip. Para probar dicho razonamiento el señor Keen nos enseña esta gráfica:

   En este gráfico podemos ver, por un lado la velocidad de cambio en la tasa de desempleo USA y por otro vemos la tasa de cambio en la velocidad de crecimiento de la deuda total en USA (Keen lo llama impulso del credito en honor a otros autores que antes que el investigaron sobre el tema). Así para el último dato que tiene la gráfica vemos que el desempleo en USA ha dejado de crecer (se contrae a un ritmo muy tímido) a la vez que la velocidad de crecimiento (en este caso de contracción) de la cantidad de deuda en USA está en torno al 7%.

  Como se puede observar, estas dos gráficas son casi opuestas, cuando una sube, la otra baja. Es decir, si la velocidad de acumulación de deuda aumenta, el desempleo disminuye, y vicebersa. La relación entre ambas gráficas no es perfecta. De hecho es del -0,67. Para entendernos, en una correlación perfecta, dicho índice sería 1. Y si no hubiese ninguna correlación el índice sería 0. El signo menos indica que la relación es inversa y no directa. O sea, que cuando una gráfica se mueve en una dirección, la otra se mueve en sentido contrario. De esta manera, podemos decir, que el aumento en la velocidad de la acumulación de deuda en una economía produce una reducción del paro. Y una deceleración en dicha acumulación produce un aumento del paro. De igual manera, una deceleración de la contracción en la deuda produce puestos de trabajo.

   Esto es bastante lioso y no quiero enrollarme más. Intentaremos sacar algunas conclusiones sobre este descubrimiento. La primera es que gracias a Dios, no todo el paro lo puede explicar un aumento o disminución en la velocidad en que se acumula deuda en un sistema. Solo el 67% de la misma. Si la relación fuera totalmente directa, nuestra única salida sería la de seguir endeudandonos hasta el infinito y eso, todos sabemos, es imposible.

   La segunda es que, teniendo en cuenta que un exceso de deuda es inviable para una economía, la contracción inebitable en la cantidad de deuda puede hacerse o de manera rápida o de manera lenta. Pero en cualquier caso se va a producir. Lo que hemos visto hasta la fecha ha sido una contracción de las deudas privadas y una expansión de las públicas en un esfuerzo de los gobiernos para que la deuda total no se contraiga o si lo hace, lo haga a un ritmo más lento. Dado lo que nos dice Keen de que un descenso en la velocidad a la que se contrae la deuda genera puestos de trabajo, este parece que ha sido el esfuerzo de los gobiernos (seguramente sin saber muy bien lo que estaban haciendo) y hasta cierto punto han tenido éxito. Esto es discutible, pero bueno, desde el punto de vista que tratamos hoy, lo podemos dejar así.

   La tercera es que puesto que la reducción de deuda es inevitable, cuanto más lento sea el ritmo al que contraemos la cantidad total de dedua, más lento será el goteo del desempleo, pero más tardará en llegar la recuperación económica (que hoy en día todos esperamos y que hace honor al primer párrafo de este post). En otras palabras, quizá lo que han conseguido los gobiernos es ralentizar la crisis a costa de hacerla más larga. Yo creo que esto a la larga puede ser peor, sobre todo porque han pasado parte de la deuda que de otra manera habría sido destruida vía impago a las manos de los contribuyentes. Este impago será más tardío, si es que se produce, y sobre todo más doloroso. La socialización de las pérdidas no es buena y no tiene nada que ver con el libre mercado.

  Seguramente habrá más conclusiones que sacar del gráfico que acabamos de ver y de las ideas del Profesor Keen. Pero esto se ha alargado ya mucho. Y además este post ha resultado ser un poquito técnico y quizá poco digerible. Otro día más. Un saludo

No hay comentarios:

Publicar un comentario