viernes, 10 de diciembre de 2010

Como va la cosa en USA

   Antiguamente casi todo lo que escribía era acerca de la economía USA. Ciertamente, esta economía representa el 25% del consumo mundial, y por tanto es fácil ver que si en Estados Unidos estornudan, nosotros nos resfriamos. Desde que empezó la crisis, el comercio mundial se ha colapsado. Para darnos una idea de cuan grande fue el frenazo en el comercio internacional, podemos echar un vistazo al Baltic Dry Index, un ínidce que representa el volumen de materias primas (o poco elaboradas) que se embarcan en una serie de rutas marítimas principales a lo largo de todo el mundo:


   Este índice se colapsó en el verano del 2008 y a penas si se ha recuperado. No es que nos sea perfectamente útil a la hora de ver como anda el comercio internacional, pero nos deja entrever que la demanda de materias primas no se recupera, con lo cual la producción de productos elaborados para el comercio (la cual guía la demanda de materias primas) tampoco anda muy boyante. Correspondiendole al consumidor americano el 25% del consumo mundial (hasta la fecha), el estado de la economia de ese país  es de interés para todos nosotros.

     Una vez acabado el prólogo, entremos en materia. Muchas veces he comentado ya, que, a mi modo de ver las cosas, esta crísis vino por un exceso de deuda. Exceso de deuda en los tres secotores principales de una economia (el público, el financiero y el privado) a la vez o en alguno de ellos (dependiendo del pais). Este exceso de deuda representa un freno al crecimiento puesto que cada vez más recursos de la producción se deben destinar a pagar dicha deuda. O sea, cada vez más parte de los ingresos brutos se utilizan para pagar deuda, con lo cual los ingresos netos cada vez son menores. Situación insostenible. Era solo cuestión de tiempo el que llegara un evento, de la naturaleza que fuera, que cambiase esta tendencia que tuvios hasta hace tres años de aumentar nuestra deuda sin freno.

    Una vez que el miedo a la deuda se le ha metido en los huesos a las sociedades occidentales, la única manera de que se pierda dicho miedo es a base de reducción de la misma. Como se dice en lenguaje técnico, disminuir el apalancamiento. La reducción de la deuda se hace o bien pagandola o bien impagandola y declarando bancarrota (o cualquier otra figura legal que venga a significar una evaporación de la deuda). Y en eso es en lo que estamos. En pleno proceso de pagar nuestras deudas o bien de no poder pagarlas y declararnos insolventes (cuando hablo en plurar, intento referirme a los tres sectores arriba indicados). Esto es cierto salvo por el sector público, que no lo está haciendo. Veamos un ejemplo:


  Resulta evidente que el estado USA no está reduciendo su deuda. Más bien incrementandola, ¿verdad?
  

    La cuestión es que si queremos saber hasta que punto la economía USA  está más saneada, debemos echar un vistazo al nivel de reducción de deuda (desapalancamiento) que se ha producido hasta ahora en su sector privado, el que consume y el que puede hacer que el comercio internacional reviva otra vez. Echemos primero un vistazo al desapalancamiento total en USA:


  Esta gráfica representa la deuda total (línea azul) y la privada USA (línea roja) con relación a su PIB (producto interior bruto, producción total). Como se ve, la deuda total a penas si se ha reducido, mientras que la privada si que ha tenido un buen recorte. Esto parece que son buenas noticias ¿verdad? Pues no, no lo son, porque en el gráfico anterior vemos toda la deuda privada, que incluye también la del sector financiero. Si echamos un vistazo a la deuda privada USA separada en el sector finaciero y el resto (familias y empresas) tenemos la siguiente gráfica:


  Aquí podemos ver que la deuda que ha caído en gran medida es la deuda del sector fianaciero (línea azul). Es decir, banca privada comercial y banca de inversión. La deuda de las familias a penas si ha descendido, con lo cual podemos sacar las siguientes conclusiones:
  1. El proceso de reducción de deuda de las familias que empezó en el 2008 a penas si ha hecho parte de su recorrido. Se puede esperar que dicho proceso se mantenga en el futuro.
  2. El aumento del consumo por parte del consumidor americano (otro tanto podíamos decir del europeo, pero estamos hablando de USA), dado lo que representa el gráfico anterior, no se va a producir en un futuro inmediato. Por tanto es previsible que la mejora del sector minorista y de servicios en la economía americana siga por una senda de bajo crecimiento o contracción.
  3. Las gráficas anteriores muestran que lo único que ha pasado en estos dos años ha sido una transferencia de la deuda privada financiera a manos públicas. Se han pasado fondos desde el estado a los bancos a costa de los contribuyentes. Este hecho, antes o después, será más carga de deuda sobre el común de los mortales, normalmente vía impuestos. Este hecho en sí mismo es contractivo y por tanto frenará, antes o después, el crecimiento económico en dicho país. Además, este hecho, es moralmente reprobable. No se ha dejado a los bancos quebrar, se los ha mantenido a costa de endeudar al sector público (o sea, los contribuyentes).
  Como se ve, hay pocas razones para el optimismo. Buena parte de la recuperación  económica que se ha visto hasta la fecha ha sido vía recuperación de inventarios en las empresas. Es decir, tras el colapso en el otoño del 2008 las empresas dejaron de producir y consumieron (vendieron) todo su stock. Para la primavera del 2009 se empezaron a dar cuenta de que la economía no estaba tan mal como pensaban y necesitaron volver a producir para rellenar el stock consumido. Y eso ha sido lo que ha mantenido la economia USA creciendo durante el último año y medio, aunque bien es cierto que a niveles muy pobres (de acuerdo con su potencial estimado).

   Muchos economistas opinan (Paul Kasriel por ejemplo) que un aumento del endeudamiento del sector privado traerá consigo nuevo crecimiento económico. Dado que los bancos centrales pueden imprimir dinero de la nada y ponerlo en circulación vía deuda, eso es lo que están intentando hacer. Es decir, crear dinero de la nada, intentar que la gente se endeude y vuelva a consumir. Pero no lo están consiguiendo, no por falta de empeño, sino porque lo que  estamos viendo es un cambio generacional en las actitudes de la gente frente a la deuda y el ahorro. Eso no se puede variar con los tipos de interés o con la cantidades de dinero en el sistema. La historia económica nos enseña que la economía se mueve entre niveles extremos de deuda y de ahorro. Yo creo que hemos llegado a un nivel máximo de deuda y nos dirigimos, ahora mismo hacia las situación opuesta, o sea un extremo de ahorro. Hasta que ese extremo no se alcance, cualquier recuperación económica será corta y débil. Un Saludo

P.D: Los gráficos que aparecen en este post son de Michel Ashton del blog E-piphany. Estos datos han sido sacados de el informe trimestral de la Reserva Federal (Banco central USA) sobre el Z1 o flujo de fondos.

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