viernes, 25 de abril de 2014

La recuperación económica...

 


   Mucho se está hablando últimamente sobre la recuperación económica. Desde muchos sectores patrios y extranjeros se da por sentado que lo peor de la crisis en España ha quedado atrás. Y no solo en España, también en ese grupo de países del sur de Europa que se nos reconoce con un nombre bastante ofensivo, todo sea dicho.


   Pero, ¿Es realmente así? Nadie sabe lo que va a deparar el futuro, pero lo que si que podemos ver es lo que tenemos hoy en día en el presente y compararlo con lo que teníamos hace unos años. Así podemos comprobar cuanto hemos cambiado y si realmente algo ha cambiado.

Deuda:

  Uno de los más graves problemas que tuvimos durante la crisis fue un exceso de deuda, tanto del sector privado, como de la banca. El sector público andaba bastante bien en cuanto a deuda. Aun así, la deuda total patria ascendía a un más que preocupante. Echemos un vistazo:



Grafico procedente de Libre Mercado
 
  Este gráfico lo he sacado de un artículo de Libre Mercado. En el enlace podéis leer el artículo entero. Como se ve, la deuda total (creo que en este gráfico no se incluye la deuda del sistema financiero, solo la suma de pública y privada) se ha estabilizado desde que empezara la crisis. De hecho, el año pasado ha sido el primero desde 1995 que ha disminuido un poco. No quiero entrar mucho en detalles, aunque seguro que un análisis adecuado lo requiera, pero si el problema hace 6 años era el exceso de deuda y esta no ha hecho sino estabilizarse, ¿Como es posible que estemos mejor? La realidad, es que desde este aspecto, no lo estamos. Y eso nos hace muy vulnerables. Es cierto que de los dos componentes que se señalan en el gráfico, la deuda privada (empresas y familias) ha caído considerablemente. Eso es bueno. Las familias y las empresas se están des-apalancando. No queda otra. Y esa reducción de deuda es la que ha provocado, en parte, la contracción del PIB. Pero como digo, no queda otra. Por contra, la deuda pública ha aumentado. La idea principal Keynesiana es que si el sector privado no gasta, debe ser el sector público el que tome el relevo. Y como los que nos dirigen son en su mayoría intervencionistas keynesianos, pues es lo que hemos tenido, más gasto público. El resultado final es unos niveles de deuda estables, pero muy elevados. No un gran cambio por este flanco.

Libre Mercado:

  Uno de los desencadenantes de las crisis como la que vivimos desde el 2008 es que los tipos de interés demasiado bajos hacen que las inversiones no rentables se multipliquen. Al decir no rentables, me refiero a que en el momento que las condiciones de crédito (tipos de interés o la liquidez del mismo) se mueven en contra, el negocio no tiene colchón para absorber el shock y entra en pérdidas. Si el proceso se alarga llega la bancarrota. En un sistema de libre mercado real (no lo que tenemos hoy en día), este proceso es constante, lo cual hace que los emprendedores tomen más precauciones a la hora de abrir un negocio que en un ambiente como el previo al año 2008. El crédito fácil y los tipos bajos hicieron que muchos negocios de dudosa calidad se abriesen. El fallo de un pequeño sector, desencadenó el caos en toda la economía, pues las malas inversiones estaban por doquier.

   ¿Ha cambiado algo a este respecto? Pues tampoco. Al contrario. La banca nacional, la europea y la mundial, en su mayoría debería haber quebrado y haber desaparecido en su forma actual. En lugar de dejar que las fuerzas del mercado actuasen, se permitió que la banca sobreviviese sin a penas daño. Otro tanto se puede decir de muchas grandes empresas.

   Las pequeñas si que se han ido al hoyo. Muchas de ellas. Y en lugar de relajar algunas normas como las normas ecológicas, o algunas normas de seguridad excesivas, nuestros gobernantes siguen dando ejemplo de para qué están en donde están. Siguen sacando nuevas y cada vez más enrevesadas normas, que lo único que consiguen es evitar que más y más emprendedores se vean relegados al paro o a la economía sumergida.

  No se ven muchas mejoras en este frente tampoco. Y lo peor, es que la dirección de Europa además, apunta justo hacia el lado contrario al que debería apuntar. Más regulación todavía.

  Impuestos y reforma laboral:

  Otro aspecto que sigue igual, sino peor. Los impuestos han subido. En todos los frentes. Ahora nos dicen que nos los van a bajar el año que viene. Ya veremos, que decía el ciego. Todo dependerá de si la economía vuelve a entrar o no en recesión. La deuda pública subiendo sin parar y un déficit descontrolado parecen indicar que este aspecto tampoco va a cambiar. Supongo que la idea del gobierno es que con mayor crecimiento, se recaudará mas y se podrán por tanto bajar los impuestos sin que los mercados de crédito se pongan nerviosos. El ciclo virtuoso, como algunos le llamarían. Pero que ocurriría si algún evento trastoca dicho ciclo. Una crisis en USA (no tiene que ser más que una contracción cíclica, que ya va tocando). Un frenazo en China (que ya se está dando). Un problema con la deuda japonesa (un bicho enorme buscando un parabrisas). O un conflicto en alguna de las zonas calientes pueden congelar los mercados de crédito y con ellos la recuperación de nuestra economía.

  Por otro lado, la reforma laboral ha sido un tanto exigua. Se ha centrado en cambiar cuatro tonterías y abaratar el despido. Me hago la misma pregunta que me hacía hace años. ¿Le importa a un empresario mucho despedir a alguien con menos de un año contratado, costándole 20 o 45 días de sueldo? Desde mi punto de vista la diferencia es escasa. Para trabajadores poco cualificados, la inmensa mayoría, puede suponer entre 400 y 600 €. Francamente, eso no creo que promueva la contratación. Creo que nuestro problema no es de despido. El despido puede ser una carga para los empleados de larga duración. No para los nuevos contratados. Para fomentar la contratación vale mas la pena eliminar el salario mínimo y reducir las cotizaciones sociales. Estas dos son intocables. Y así estamos con un paro del 26%. Esto sí que ha cambiado, a peor.


  Conclusión: Podría seguir hablando de más cosas que no han cambiado, como la banca, la política del banco central europeo (y otros), la vivienda y alguna cosilla mas, pero se alargaría este post demasiado. Creo que he hablando de las cosas más importantes y que en el fondo nos hacen tener una idea clara de lo que ha cambiado. Nada. Un rotundo "Nada". Eso es lo que ha cambiado. Y sin cambios, la situación es similar a la que teníamos hace ahora seis años.

  ¿Por qué la economía está rebotando? Por que nada se hace en línea recta. Se ha acabado un ciclo bajista dentro de todo el proceso de ajuste que estamos viviendo. Y estamos viendo un ciclo alcista intermedio. Bastante pobre, por cierto, dado que como señalo en este post, pocas reformas estructurales se han hecho. Nada ha cambiado mucho. Este ciclo alcista de la economía durará lo que durará, pero no demasiado y cuando volvamos a los tiempos duros, será para perder todavía más calidad de vida. El desencadenante, como pongo más arriba, puede ser muy variado. Y sin cambios en nuestra economía para absorber un nuevo shock, nos pasará como a las empresas de las que hablaba más arriba. Entraremos en contracción y si dura mucho en bancarrota. Quizá yo sea muy pesimista. Puede ser. Pero yo si fuera vosotros no estaría muy confiado. Ni gastaría sin medida como hace seis años. Un saludo

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