miércoles, 9 de abril de 2014

Los gobiernos que nos toca vivir....

  Y que parece quieren hacer un "remake" de los años 30. Esto es lo que nos describe Juan Ramón Rallo en el artículo "A por el aceite de oliva" que aparece hoy en el economista.es.

  Es algo que vengo diciendo hace ya años. Hoy por hoy nuestros partidos mayoritarios no se distinguen en casi nada. Aunque es cierto que el señor Rallo hace una puntualización que es más que acertada:


El Gobierno del Partido Popular es un gobierno profundamente liberticida e intervencionista. Sus sangrantes subidas de impuestos, sus crecientes intromisiones regulatorias en todos los ámbitos de la vida de los ciudadanos, su compadreo con lobbiesempresariales, su presión matonil contra los medios de comunicación díscolos, o su nacionalización de algunos bancos y concesionarias de autopistas conforman un cuadro verdaderamente tenebroso que, desafortunadamente, resume a la perfección su gestión al frente del Ejecutivo.
Han sido muchos quienes, a raíz de lo anterior, han optado por calificar al Partido Popular de socialista. Sin embargo, el calificativo que mejor describe su política económica, y muchos de sus rasgos de política social, es el de falangista; una ideología de la que han bebido y mamado muchos de los miembros de la derecha patria que actualmente nos desgobierna.
A la postre, el falangismo, a diferencia del socialismo, combina su opresivo intervencionismo económico con un marcado populismo españolista. El interés "nacional" justifica el cercenamiento de las libertades individuales, del libre comercio o de la libre empresa: dentro de su visión, la base de la economía no es la lucha de clases -como en el socialismo- o la armoniosa cooperación de los planes individuales -como en el liberalismo-, sino la supremacía de una visión holista de la nación sobre cualquier otra manifestación.

  Como digo yo siempre había calificado a las políticas de PP y PSOE como intervencionistas y por tanto las asimilaba mucho. Pero es cierto que las motivaciones últimas de los gobernantes de uno y otro signo van más por donde nos dice el señor Rallo. A la postre tanto una como la otra nos lleva a un mismo camino. Al intervencionismo. A unas economías comandadas y totalmente carentes de la necesaria libertad para que encuentren el mejor camino para todo. Son partidos liberticidas. Si.

  En el artículo continua el señor Rallo haciendo referencia a como el gobierno de Mariano Rajoy nos quiere hacer comprar ahora a Deoleo con dinero público, por el simple hecho de que hay una oferta sobre la mesa de un fondo de inversión italiano. Y lo hacemos por sacar pecho, no por la viabilidad económica del proyecto.

   Más de lo mismo, y llevamos así ya bastantes años. La economía española va a seguir ahogándose debido a la inmensa cantidad de regulaciones estúpidas que ahogan a las pymes y micropymes y por decisiones totalmente arbitrarias sobre economía con la excusa de que es mejor para un sector o para otro. Así se salvó la banca. Así nos van a hacer que paguemos las autopistas, y así van a hacer que seamos accionistas sin quererlo de una empresa de aceites. Este no es un buen camino, pero parece que es el único que la sociedad española está dispuesta a caminar. Un saludo

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