miércoles, 11 de mayo de 2011

El capitalismo en que vivimos....

  Hoy en dia es comunmente acpetado el hecho de que vivimos en una economía capitalista. A veces también se la llama economía de libre mercado. Poca gente entiende por qué se la llama economía capitalista. Por capital se entiende en economía todo aquel bien susceptible de producir un beneficio vía producción. En general el capital se entiende como el dinero, pero también puede ser un coche si el mismo nos sirve por ejemplo para ir a trabajar. También puede ser una máquina que haga tapones para botellas. Se entiende que es una economía de libre mercado, porque son los poseedores del capital y los consumidores los que libremente deciden los precios cuando se encaminan al mercado siguiendo las leyes de la oferta y la demanda.

  En teoría, el capitalismo entendido como cuando lo defino como en el párrafo anterior, el propietario del capital lo pone a producir para dar un servicio o un producto a un consumidor o a otro capitalista por un beneficio. Pongamos un panadero que hace pan para sus clientes por un beneficio o para el propietario de un bar que lo utilizará para dar un servicio a sus propios clientes también por un beneficio. Ambos usan su capital (maquinaria y ahorros invertidos) para conseguir beneficios. Al ser el mercado libre, si solo hay un panadero, este podrá vender su pan al precio que quiera, pues la demanda superará con mucho a la oferta que pueda dar el panadero. Sin embargo, esta situación, hace que otros capitalistas (gente con ahorros o acceso a ahorros) se den cuenta de que en el mercado de las panaderías hay un filón y copian al primer panadero. El aumento de la oferta de pan hace que los precios bajen o que la calidad del pan aumente. En este ambiente, los nuevos panaderos y el primero han arriesgado su capital. Si por cualquier motivo, digamos una crisis, disminuye la demanda de pan, puede que la oferta originada sea excesiva para la nueva realidad de la crisis y más de un nuevo panadero se vea obligado a cerrar por no sacar ningún beneficio (sino pérdidas) a su negocio.

   Esta, en esencia es la teoría capitalista de libre mercado. Yo tengo un capital, lo invierto para obtener un beneficio y me arriesgo al hacer la inversión. Toda inversión lleva aparejado un riesgo pues nadie conoce el futuro. Y al igual que el beneficio lo disfruta el capitalista, también debe sufrir la pérdida en caso de que esta se produzca. Es un elemento motivador para que el capitalista elija con cuidado aquellos proyectos que sean realmente útiles para la sociedad y que por tanto tengan la suficiente demanda y hagan dicho proyecto productivo.

  Mucha gente cree que hoy en día vivimos en un sistema capitalista de libre mercado, pero no es así. Vivimos en un sistema capitalista intervencionista o institucional, no de libre mercado. La función del capital es similar a la del sistema de libre mercado, pero de cara a ciertos capitalistas, el estado institucionaliza los riesgos y socializa las pérdidas. Eso ocurre cuando un estado evita que los bancos que invirtieron mal en ladrillo (o en sus derivados) quiebren como resultado de sus malas inversiones, pero no os engañeis, también ocurre cuando un gobierno da subenciones a un sector agricola o a una industria determinada, o aranceles a la importación para que un producto agricola tenga un precio más competitivo que productos similares extranjeros. Cierto es que la magnitud de ambas acciones no es comparable, pero el sentido ético de ambas es similar.

   Todo este rollo teórico viene a cuento porque por regla general todos estos conceptos no están nada claros en la sociedad. Y eso lo aprovechan los políticos y los medios de comunicación (a sabiendas o por ignorancia) para manejar a su antojo lo que nos cuentan y con eso, tenernos calmados y tranquilos ante los atropellos a los que nos someten. Casos claros, Grecia, Irlanda y proximamente Portugal. Y poco después España. La maquinaria informativa de los gobiernos  nos cuenta lo que les da la gana. Un ejemplo puede ser lo que los medios de comunicación han tratado al partido True Finns de Finlandia. La información que nos han dado de ese partido y de su lider Timo Soini son racistas, euroexcepticos, nacionalistas y de ultraderecha. Yo no voy a ser quien lo defienda, ya que no se si las afirmaciones que hacen los medios de comunicación son ciertas o no. Pero me ha parecido muy interesante una editorial que ha publicado el Financial Times escrita por el señor Soini:

Why I don´t support Eurpe´s Bailouts (por qué no apoyo los rescates europeos)

"Cuando tuve el honor de liderar al partido True Finn a la victoria electoral en Abril, hicimos una solemne promesa de oponernos a los rescates de los estados miembros de la eurozona. Europa está sufriendo la gangrena económica de la insolvencia, tanto pública como privada. A no ser que amputemos lo que no puede ser salvado, nos arriesgamos a que el cuerpo entero se envenene.

   Para endender la natrualeza real y propósito de los rescates, primero debemos entender quien, realmente, se beneficia de ellos.

   Asumiendo el riesgo de parecer populista, empecemos por lo obvio: no es el hombre de la calle quien se beneficia. Este es exprimido y mentido para conservar un sistema insolvente en funcionamiento. Se le paga menos y se le piden más impuestos para proveer el dinero necesario para mantener este sistema Ponzi (un sistema Ponzi en un sistema como el que hizo rico y llevó a la carcel hace no mucho a Madoff en los USA, o sea, un sistema fraudulento) en funcionamiento. Mientras tanto, una simbiosis se ha desarrollado entre los políticos y los bancos: Nuestros lideres políticos piden prestadas cantidades cada vez mayores de dinero para pagar sus deudas a los bancos, los cuales les devuelven el favor prestandoles otra vez dicho dinero

   En una economía real de mercado, malas elecciones son penalizadas. En lugar de aceptar las pérdidas de las malas inversiones-lo cual habría llevado al colapso de algunos bancos- se decidió transferir dichas pérdidas a los contribuyentes via prestamos, garantías y construcciones opacas tales como el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera.

  El dinero no es para ayudar a las economías sobreendeudadas. Fluye a traves del Banco Central Europeo y los estados receptores hacia los cofres de la gran banca y los fondos de inversión.

  Lo que es más, contrariamente a lo que dice la sabiduria oficial, los estados receptores no quieren dicha ayuda, no de esta forma. La opción natural para ellos sería admitir la insolvencia y dejar quebrar a los prestamistas privados, estén donde estén basados.

  Eso no debería ser. Irlanda fue forzada a tomar el dinero. Lo mismo pasó con Portugal.

  ¿Por qué el chanchullo de extorsión forzó a estos paises a acpetar el dinero a la vez que unos planes de "recuperación" que fallarían inevitablemente? Porque necesitaban agradar a los bancos ávidos de impuestos, los cuales podían de otro modo negarse a aparecer en la siguiente subasta de bonos españoles, belgas, Italianos o incluso  franceses.

  Desafortunadamente para este cártel político y financiero, su plan no está funcionando. Todavía bajo este esquema, Grecia, Irlanda y Portugal están arruinados. No van a ser capaces de crecer lo bastante deprisa como para pagar las deudas con las que Bruselas los ha sobrecargado en nombre de salvarlos.

  Establecer el "Mecanismo de Estabilidad Europea" (un fondo donado por las naciones de la zona euro en teoría para dar dinero a paises en dificultades, establecido por ley y de por vida) no es la solución. Este fondo institucionalizaría el sistema de transferncia de riqueza desde las manos privadas de los ciudadanos hacia políticos corruptos y bancos insolventes, creando un enorme peligro moral y destruyendo lo que queda de la competitividad bancaria en Europa.

  Por fortuna no es demasiado tarde para parar la putrefacción. Para los bancos, necesitamos tests de estrés serios y honestos. Parar la actual farsa política. En su lugar, tener auditorías paralelas  hechas por reguladores y grupos independientes incluidos empresarios y académicos. Cree, pero verifica.

  Los bancos e instituciones financieras insolventes deben ser cerrados, purgando la insolvencia del sistema. Debemos reestablecer el pricipio de mercado, libertad para fallar.

  Si algunos bancos son recapitalizados con dinero del contribuyente, estos deben conseguir propiedad en dichos bancos y el consejo de dirección debe ser despedido. Pero antes de que cualquier participación de los contribuyentes sea contemplada, es esencial que los bonistas reciban amplias pérdidas sobre sus inversiones.

   En el caso de la deuda soberana (la pública del estado), la libertad de fallar vuelve a ser la clave. Una reestructuación significativa es necesaria para que haya recuperación genuina. Si, los mercados penalizarán a los paises insolventes, pero también perdonan rápidamente. Los planes actuales están destruyendo las economías reales de Europa a través de impuestos elevados y transferencias de riqueza desde las familias ordinarias hacia los cofres de los estados y bancos insolventes. Una reestructuración que deje la carga de deuda de un estado a un nivel manejable y que motive un retorno a políticas orientadas hacia el crecimiento pueden generar un rápido cambio en los mercados de crédito internacionales.

  Esto no es solo economía. La gente se siente traicionada. En Irlanda, los partidos que formarán el nuevo gobierno prometieron hacer responsables a los bonistas, pero bajo presión han sucumbido, dejando a su electorado con un sentimiento de deslegitimación. Las élites en Bruselas han dicho que Finlandia debe honrar sus compromisos hacia sus compañeros europeos, pero bruselas se calla si los políticos nacionales deben honrar o no los compromisos que tienen con sus votantes.

  Me enseñaron que una guerra genocida no debe ser vista nunca más en nuestro continente y entiendo los valores y principios que originariamente motivaron el establecimiento de lo que llegó a ser la Unión Europea. Esta Europa, esta visión, fue una que ofreció a la gente de Finlandia y de toda Europa el regalo de la paz fundada en la democracia, la libertad y la justicia. Esta es una Europa que vale la pena tener, por lo que veo con gran desgracia que este proyecto se está poniendo en peligro por una élite política que sacrificaría los intereses de la gente ordinaria de Europa en orden de proteger unos determiandos intereses corporativos."


  Sinceramente, no tengo intención de defender a este hombre. No tengo argumentos, porque no he visto ni he leido nada sobre este hombre, de si realmente es racista o no, pero por lo que dice en su último párrafo, a mi no me parece antieuropeista, más bien todo lo contrario. Por el contenido económico de su editorial y después de los párrafos que yo puse al principio de este largo post, creo que es un defensor de la economía de libre mercado y del capitalismo de libre mercado. Y desde luego, estoy bastante de acuerdo con las medidas que se deben tomar para salvar lo que queda de nuestro sistema. Si es que queremos salvarlo. Es más que probable que antes o después a los españoles nos toque el dificil trance de tener que defender lo nuestro. Es más que probable que nuestro pais necesite también un rescate o nos lo quieran meter a la fuerza. Ojala y la ciudadanía se revele y lo evite, pues para nada será en nuestro beneficio.

  Por último decir, que quizá algunos penseis que mis ideas políticas simpatizan con la ultraderecha, debido a que simpatizo con lo que dice Timo Sioni, alguien tachado de ultraderechista (aunque yo ya he leido en internet a más de uno diciendo que su ideología política está mas cerca del partido comunista español que del PP o del PSOE). Yo, no es la primera vez que lo hago, me defino como liberal, entendiendo como tal aquel que cree en la libertad del individuo. Un saludo

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