domingo, 14 de septiembre de 2014

Independencia catalana, los problemas...

  Hasta la fecha se ha hablado mucho de la independencia de Cataluña (o de Escocia). De si históricamente patatín, que si sentimentalmente, patatán. Pero no se ha hablado nada de cómo se piensa estructurar la ruptura económica con el estado español.

  Una de las cosas que españoles y catalanes deben de tener en cuenta es que hoy en día, al ser todo una misma nación, la libre circulación de capitales y personas es algo real. No existen a penas cortapisas para que personas y capitales se muevan libremente a través de las fronteras administrativas. Me parece evidente que esto se va a perder en caso de que el proceso de independencia llegase a una ruptura con el estado español. Nadie se para a pensar que este simple hecho va a traer mucha mas pobreza y penurias a ambos territorios de lo que ninguno de ellos está dispuesto a reconocer.

  Sería lógico pensar que dada una hipotética ruptura con el estado español las fronteras entre ambos territorios serían algo  más que administrativas.  Se podría suponer la imposición de aranceles en ambos sentidos. Sería lógico también suponer el boicot de productos también en ambos sentidos. Una especie de autarquía autoimpuesta debido al rencor de una región con la otra. No se cuanto tiempo duraría esto, pero es de esperar que al menos varias décadas.

  Todo esto sería económicamente catastrófico para ambos territorios. Probablemente algo más para la propia Cataluña, pero España tampoco saldría bien parada. Supongo que Cataluña saldría peor parada por que España es su principal mercado. Sin embargo, está  bastante bien desarrollada, así que es previsible que en un tiempo, quizá un par de años, sería capaz de adaptarse y encontrar nuevos mercados. Eso sí, tras haber padecido una fuerte recesión con probable bajada de sueldos, quizá fuerte inflación,  para ganar competitividad en otros mercados. España tampoco le iría mucho mejor. Ciertamente los previsibles aranceles y el boicot harían que los españoles tuviesen que buscar los productos que antes venían de Cataluña en otros mercados. Previsiblemente se pagarían precios más caros. Lo cual, previsiblemente también afectaría al consumo. Y quizá también a la inversión. Es probable que España no sufriera una recesión muy aguda debido solo a este problema. Pero hay que tener en cuenta que la situación actual no es maravillosa.

  Como se puede ver, nadie gana. Y no me gustaría que se me interpretase mal. Yo, de hecho, estoy a favor de una total federalización del estado español y de Europa. El problema lo veo en las políticas que casi seguro se harían. Así como los sentimientos de los ciudadanos que, al menos inicialmente, les hará obrar en contra de su propio beneficio.

  Este proceso independentista o federalista, debería haberse llevado a cabo, desde mi punto de vista, por vía puramente política, sin arengar al pueblo por el camino. Pues las arengas crean sentimientos, afectos y odios. Y cuando los sentimientos entran a formar parte de la ecuación, la libertad suele salir mal parada.

  Sin duda un estado más descentralizado sería mejor para España entera que el que tenemos actualmente. Pero debe haber una verdadera voluntad de caminar ese camino. Hoy en día, ni catalanes ni españoles quieren andar el camino federalista y libertario. Unos solo quieren poner una frontera y los otros que no se ponga tal frontera. Pero ninguno de los dos grupos sociales realmente están pensando en cómo sería su vida en un estado más descentralizado pero sin barreras.

  Y en el fondo ese es el problema, según yo lo veo, de todos los procesos de independencia. Que de manera inevitable se forman nuevas fronteras. Y con ellas impedimentos para el libre flujo de personas y capitales, lo cual perjudica el comercio y por tanto la mejora del bienestar de las sociedades. Todo el mundo piensa hoy en si Cataluña será independiente o no. Pero nadie se para a pensar en cómo debería hacerse para que todos, saliésemos ganando de ello. Un saludo

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