sábado, 26 de mayo de 2012

CREDITO: ANGEL O DEMONIO


En el día de hoy voy a comenzar una serie de posts encaminados a que todos podamos entender mejor los conceptos de crédito y deuda y del rol que ambos conceptos juegan en una economía. Ultimamente todo el mundo está denigrando esos conceptos. Quizá sea lógico desde el punto de vista del dolor que estamos padeciendo en gran medida por el exceso de deuda. Pero creo que es injusto y que corremos el peligro de sobre reaccionar y pasarnos al otro lado, es decir, pasar a odiarlo y a no usarlo de ninguna manera, algo que es también dañino para la economía.


            ¿Qué es crédito? Hace ya años, en mi antiguo blog, contestaba esa pregunta. La palabra crédito viene del latín creditum, que es la sustantivación del verbo latín credere, que significa creer. O sea que creditum significa, más o menos, cosa en la que se cree. En el diccionario de la Real Academia de la Lengua, vienen, entre otras, alguna acepción similar a esta. Tener crédito es tener buena reputación, por los actos y moral de la persona que lo posee, así como dar crédito es creer y respaldar lo que alguien dice o promulga. Sin embargo, incluso la principal acepción que da la RAE a esta palabra es aquella que la relaciona con su vertiente financiera y que lo relaciona con la deuda. Podemos, por tanto decir, que esta acepción es de  las más importantes hoy en día.

            Financieramente hablando, crédito es comúnmente asimilado a deuda. Sin embargo, no es exactamente lo mismo. Es un concepto un poco más amplio y que incluye la acepción menos famosa de dicha palabra, aquella relacionada con su origen etimológico de creer. Deuda en un sentido estricto, es la obligación que una persona contrae con otra de devolverle algo, sea dinero o un favor. En muchos casos, el crédito y la deuda son como las dos caras de una moneda. Pero puesto que uno se basa en el concepto de credibilidad, es un tanto más amplio que el de deuda, que se basa simplemente en el concepto de devolución.

            Así el propietario de una almazara, puede hacer un proyecto en común con un agricultor para producir aceite y repartirse dicha producción. El agricultor cede las aceitunas a crédito a la almazara para que esta produzca el aceite. Días más tarde, el agricultor vuelve a la almazara a recoger su aceite y paga a la almazara una parte de la producción por el derecho de uso de la misma. Aunque esta práctica parezca arcaica, todavía se da en muchos pueblos de la península. Posteriormente ambos venderán su producción de aceite y sacarán una remuneración monetaria por ello. Que ganen o pierdan ya es otro cantar. En esta operación económica está presente el concepto de crédito, pero no aparece por ningún lado el concepto de deuda.

            De hecho, hoy en día muchos negocios funcionan así. Son los famosos pagarés a 30, 60 o 90 días. Mucha gente puede ver dichos pagarés como deuda pura y dura, pero en realidad debería tener más que ver con el concepto visto en el párrafo anterior. Es decir, el dueño de la almazara debería emitir un pagaré al agricultor para que este pueda demostrar que cedió sus olivas al almazarero. Es decir, en este tipo de operaciones el supuesto acreedor no es más que un socio del supuesto deudor, en un negocio o proyecto común.

            A pesar de esto, en la mayor parte de las ocasiones, deuda y crédito son lo mismo. Y no vale la pena alargar la definición mucho más, pues todo el mundo sabe y entiende el concepto de deuda. En el siguiente post de este hilo, hablaré de como se desarrolla el crédito y la deuda y de su papel en la economía. Un saludl

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