miércoles, 14 de abril de 2010

Como reducir la deuda y que no se note

Como decía ayer, la soluciones, al menos las mejoras, de nuestros actuales problemas, los de las sociedades occidentales, pasan por una reducción de la deuda. Como hemos podido ir viendo en los posts anteriores la transferencia de la deuda de un sector de la economía a otro lo único que hace es mover el problema (exceso de deuda) de una parte a otra de la economía, como si de un partido de tenis se tratara. En cada parte de la economía genera unos problemas específicos distintos, pero graves y que pueden acabar con el colapso de la propia economía de una sociedad.




Así que parece evidente que si la solución no pasa por el aumento de la deuda, debe pasar como poco por su estabilización y mucho mejor por su reducción. Como ayer veíamos en el video de Koo, el problema no es exclusivamente un exceso de deuda. Es la percepción que tienen los agentes económicos de que no van a ser capaces de pagar dicha deuda y que por tanto tienen posibilidades de perderlo todo. Esto es básicamente debido a que sus activos no dejan de perder valor y por tanto ya no bastan para amortizar la deuda contraída, en caso de que esto fuese necesario. Ya se que es un resumen un tanto simplista y muy generalizado, pero se ajusta bastante bien a la mayor parte de los casos actuales en nuestras economías.



De esta manera, tomando la suposición anterior como cierta, la mejor solución para que la economía vuelva a tener hambre de crédito y de deuda, lo que debemos intentar es balancear los libros contables de los agentes económicos. O sea, que lo que se debe y lo que se posee (en valor) esté más acorde con lo que nuestros débiles cerebros sean capaces de aceptar. Puesto que tenemos dos partes en el balance, la deuda y los activos, deberíamos actuar en alguna de ambas partes o en las dos a la vez, en la dirección adecuada, para generar una sensación de tranquilidad en los agentes económicos.



La parte de los activos es muy difícil de manejar. Los mercados en los que se mueven dichos activos son enormes, casi infinitos si los comparamos con el poder de los gobiernos. El mercado inmobiliario en España, en USA y en algún que otro país sigue KO a pesar de las ayudas que se han dado, de los tipos de interés y de los precios más bajos. En UK se ha recuperado un poco pero no lo suficiente como para generar una revalorización generalizada y fuerte de la vivienda. El único mercado que ha reaccionado de manera muy positiva a los estímulos ha sido la bolsa. Pero falta saber por cuanto tiempo. Y además la bolsa no es un mercado que esté participado ampliamente por la sociedad. Un reciente estudio en USA muestra que tan solo un 20% de la población de ese país posee más de 10000 $ de acciones o algún otro producto relacionado con la bolsa. Es un buen porcentaje pero sigue siendo una pequeña parte de los agentes económicos.



Y si las valoraciones de los activos son difíciles de tocar, solo nos queda la deuda. Debemos reducir su valor para que su relación con el valor de nuestros activos sea más aceptable para nosotros. Yves Smith propone cuatro maneras de reducir la carga que supone la deuda:



1.- pagando la deuda con los ahorros acumulados previamente.

2.- Imprimiendo dinero para así con inflación reducir la carga de la deuda.

3.- Renegando de la deuda en parte o totalmente vía impago.

4.- Renegando de la deuda en parte o totalmente vía condonación de la deuda



Yo añadiría otro mecanismo, que no viene más que a ser una variante del 4º propuesto por Yves, y que sería la renegociación de la deuda.



El primer mecanismo es el más deseable de todos. Nadie sale del todo perjudicado (salvo el endeudado que pierde su stock de ahorros).El consumo y la inversión se verían afectados ante la bajada de los ahorros, pero la deuda también se reduciría y el flujo del crédito sería posible de nuevo. El problema de este sistema es que la mayor parte de los países occidentales (por no decir todos) tienen unos niveles de ahorro más bien limitados. Buena parte de lo que se consideran ahorros están en una forma u otra de activos, no solo en metálico. Y esos activos llevados al mercado perderían valor rápidamente (si se llevasen en masa). El ahorro de las economías occidentales es muy limitado y como he dicho bastante basado en activos no en cash, que es lo que hace falta ahora. No digo que este sistema sea inviable, solo digo que produciría deflación y contracción económica.



El segundo caso es que se ha venido utilizando en las economías occidentales en el pasado. Siempre ha funcionado más o menos bien, hasta hoy. Y hoy no funciona, porque el mecanismo de creación de dinero se basa en que la gente se endeude. Es decir, un banco central crea de la nada 10 euros, y se los presta a un banco comercial. Este presta 9 de esos 10 euros, que son ingresados en otros tantos bancos que hacen la misma operación. Al final, los 10 euros iniciales han generado unos 90 (más o menos, por Internet andan los cálculos exactos) de deuda a lo largo del sistema. Esa deuda es dinero nuevo en circulación. Dinero nuevo significa que el viejo pierde valor. La deuda denominada en dicho dinero viejo pierde también valor. Aunque hemos generado nueva deuda, con lo cual el sistema no funciona. Como se ve, nunca ha funcionado. Lo único que se hacía era posponer el problema, hasta que ha llegado un día que los bancos comerciales no prestan ni 1 euro de los 9 que creo de la nada el banco central. Y no lo hace porque no puede y porque no encuentra quien lo quiera. La demanda de crédito en Europa y USA se está contrayendo desde el inicio de la crisis. Eso quiere decir que la gente no se quiere endeudar más.



El tercer caso es el que está pasando poco a poco (unido al primero). La gente y las empresas (y los gobiernos desde hace poco) hacen lo que pueden para honrar sus obligaciones. Pero se da el caso en que eso no se puede hacer más y se impaga. El impago destruye directamente la deuda. Es la manera más rápida de destruir la deuda. Sin embargo, dependiendo del país del que hablemos, genera nuevas cargas y obligaciones en el tiempo y en el patrimonio que pueden ser también muy destructivas para la economía. Los embargos.



Por último tenemos la condonación de la deuda. Es el más bohemio de los sistemas para reducir la deuda y quizá el más utópico también. Curiosamente creo que es el más eficaz. Porque si se posibilitasen herramientas para condonar la deuda, herramientas estándar que funcionasen automáticamente en caso de impago o de devaluación del activo subyacente (aquel que respalda de deuda), los bancos serían más reacios a prestar en tiempos de bonanza y serían más críticos con los posibles clientes, la falta de lo cual nos ha llevado a la crisis. En cualquier caso, el supuesto que más me gusta a mi es la variante de la condonación que supone la refinanciación. Creo que sería el más eficaz de los sistemas. El problema que genera este sistema es que las pérdidas que se producen por la devaluación de los activos, deben ser pre-negociadas. Es decir, en los cuatro sistemas anteriores las pérdidas son automáticas. Se generan solas y van a parar a quien le toque (normalmente el endeudado). Con este nuevo sistema, debería haber una negociación, lo cual, probablemente lo haría poco versátil.



No quiero enrollarme más. Para mí, el último sistema es el más humano y el más óptimo. Las pérdidas de un mal negocio deberían ir a parar (en porcentajes abiertos a debate) a ambas partes del contrato, endeudado y el que presta. No puedo decir que haya expuesto unas líneas claras de como debería hacerse, pero creo que es mejor que todo lo demás, que ya lo hemos probado y causa muchos problemas. Este sistema también los causaría, no nos engañemos. En este sistema todas las partes pierden algo lo cual a la larga afectaría al consumo, a la inversión y al propio crédito, pero creo que al repartirse la carga de las pérdidas el efecto negativo sería más suave.



Por último decir, que toda la conversación anterior se refiere única y exclusivamente a la reducción de la deuda, que hoy en día supone una grave carga para los sectores productivos. A parte de eso, tenemos un mundo donde la sobreproducción es enorme. Quiere esto decir, que la capacidad productiva del mundo es mucho mayor que la actual demanda. Este es otro problema relacionado con lo visto, pero distinto. Se debe de reducir también la capacidad productiva para que se adecue a la actual demanda. Y eso inevitablemente es también traumático. Quizá otro día hablemos del tema. Un saludo

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