En el día de hoy voy a comenzar una serie de posts
encaminados a que todos podamos entender mejor los conceptos de crédito y deuda
y del rol que ambos conceptos juegan en una economía. Ultimamente todo el mundo
está denigrando esos conceptos. Quizá sea lógico desde el punto de vista del
dolor que estamos padeciendo en gran medida por el exceso de deuda. Pero creo
que es injusto y que corremos el peligro de sobre reaccionar y pasarnos al otro
lado, es decir, pasar a odiarlo y a no usarlo de ninguna manera, algo que es
también dañino para la economía.
¿Qué es crédito?
Hace ya años, en mi antiguo blog, contestaba esa pregunta. La palabra crédito
viene del latín creditum, que es la
sustantivación del verbo latín credere,
que significa creer. O sea que creditum significa, más o menos, cosa en la que
se cree. En el diccionario de la Real Academia de la Lengua, vienen, entre
otras, alguna acepción similar a esta. Tener crédito es tener buena reputación,
por los actos y moral de la persona que lo posee, así como dar crédito es creer
y respaldar lo que alguien dice o promulga. Sin embargo, incluso la principal
acepción que da la RAE a esta palabra es aquella que la relaciona con su
vertiente financiera y que lo relaciona con la deuda. Podemos, por tanto decir,
que esta acepción es de las más
importantes hoy en día.
Financieramente
hablando, crédito es comúnmente asimilado a deuda. Sin embargo, no es
exactamente lo mismo. Es un concepto un poco más amplio y que incluye la acepción
menos famosa de dicha palabra, aquella relacionada con su origen etimológico de
creer. Deuda en un sentido estricto, es la obligación que una persona contrae
con otra de devolverle algo, sea dinero o un favor. En muchos casos, el crédito
y la deuda son como las dos caras de una moneda. Pero puesto que uno se basa en
el concepto de credibilidad, es un tanto más amplio que el de deuda, que se
basa simplemente en el concepto de devolución.
Así el
propietario de una almazara, puede hacer un proyecto en común con un agricultor
para producir aceite y repartirse dicha producción. El agricultor cede las
aceitunas a crédito a la almazara para que esta produzca el aceite. Días más
tarde, el agricultor vuelve a la almazara a recoger su aceite y paga a la
almazara una parte de la producción por el derecho de uso de la misma. Aunque
esta práctica parezca arcaica, todavía se da en muchos pueblos de la península.
Posteriormente ambos venderán su producción de aceite y sacarán una remuneración
monetaria por ello. Que ganen o pierdan ya es otro cantar. En esta operación
económica está presente el concepto de crédito, pero no aparece por ningún lado
el concepto de deuda.
De hecho,
hoy en día muchos negocios funcionan así. Son los famosos pagarés a 30, 60 o 90
días. Mucha gente puede ver dichos pagarés como deuda pura y dura, pero en
realidad debería tener más que ver con el concepto visto en el párrafo
anterior. Es decir, el dueño de la almazara debería emitir un pagaré al
agricultor para que este pueda demostrar que cedió sus olivas al almazarero. Es
decir, en este tipo de operaciones el supuesto acreedor no es más que un socio
del supuesto deudor, en un negocio o proyecto común.
A pesar de
esto, en la mayor parte de las ocasiones, deuda y crédito son lo mismo. Y no
vale la pena alargar la definición mucho más, pues todo el mundo sabe y
entiende el concepto de deuda. En el siguiente post de este hilo, hablaré de como se desarrolla el crédito y la deuda y de su papel en la economía. Un saludl
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